martes, 6 de marzo de 2012

01. Pundo de partida: PFC MicroClimas Culturales

Creo en la arquitectura como una herramienta en la que se apoya la sociedad para hacer ciudad e influye de manera directa e indirecta en los hábitos y modos de vida de la ciudad. Arquitectura como medio para dar respuesta a nuevas necesidades, capaz de influir en el carácter moral y cultural de una sociedad, de concienciar. Por ejemplo, para explicar lo que quiero decir: en China, existen mesas de ping-pong repartidas por cada rincón del país, en cada ciudad, en cada barrio, en cada plaza; este modo de configuración de la ciudad repercute de manera directa sobre la sociedad, haciendo del ping-pong deporte nacional y seña de identidad del país. No digo que sea una reacción directa, que el poner mesas de ping-pong haga que a la gente le guste el ping-pong, pero es una manera de trasladar a la sociedad el amor y pasión que la cultura china siente por este deporte.A la hora de plantearme el PFC parto de un punto de partida fundamental: soy ciudadano de Alcantarilla (Murcia), y me planteo: ¿que podría hacer a través de la arquitectura por mi ciudad ?¿en qué puedo mejorarla? A partir de aquí, todo mi interés se centra en lecturas de diversos diarios y artículos sobre Alcantarilla, tanto a través de la web como en formato papel, hasta que un día me encuentro con esta noticia: “Un centenar de jóvenes se manifiesta para pedir aulas de estudio”, publicada en la página web www.alcantarillasi.es.Aquí es donde la arquitectura tiene un papel: por tanto, paso a estudiar la situación social, educativa e institucional de Alcantarilla con el objetivo de encontrar un proyecto adecuado que de respuesta a una necesidad social.

Mi PFC se sitúa en Alcantarilla, y nace ante la necesidad de dar respuesta a una problemática que hoy día persiste en la ciudad, la falta de espacio físico para estudiar. La población de Alcantarilla es de más de 41000 habitantes, ante la cual, la ciudad solo ofrece un edificio rehabilitado con 60 puestos de estudio, no reuniendo las condiciones óptimas para tal fin, y está en construcción un centro para la ciudadanía, cuya planta superior se habilitará como sala con 100 puestos de estudio; partiendo de este dato, voy a dar otro aún más contundente: la población estudiante de Alcantarilla es de más de 8000 personas, siendo entorno a 1000 universitarios, por lo que parece evidente el estado precario en que se encuentra el servicio que ofrece la ciudad a sus habitantes en este aspecto. La consecuencia más inmediata de esto la sufre toda la población, pero en especial todos aquellos estudiantes que necesitan un espacio para desarrollar actividades culturales tales como consulta bibliográfica, salas multimedia, salas de estudio, salas de trabajos en grupo...que hace que éstos se tengan que desplazar o buscar tales servicios a otros municipios como la biblioteca de las Torres de cotillas, la universidad de Espinardo, Murcia... con el consiguiente gasto que supone en transporte y tiempo.

Tomando esta situación como punto de partida, arranca así mi PFC, cuyo nombre, MicroClimas Culturales, hace referencia a la necesidad que tienen los espacios culturales de ser reinventados, no sólo me planteo hacer una biblioteca para dar respuesta a una necesidad de falta de espacio, sino que el objetivo va más allá, tratando de convertir la cultura en un nuevo motor de la ciudad, construyendo situaciones espaciales concretas, creando escenas, microclimas, donde cada usuario pueda elegir el modo en el que estudia, y la manera en la que interactúa con el resto de usuarios; un espacio cultural abierto a la ciudad, protagonista de la actividad que en ella tiene lugar, convirtiendo al ciudadano en parte actora.

Tras diversos estudios en profundidad sobre los tipos de usuarios que acuden a espacios culturales, se apuesta por el planteamiento de dos programas, un programa fijo, que resuelve actividades consolidadas como estudiar, consulta bibliográfica, salas multimedia... que se va a desarrollar bajo rasante, con grandes aberturas hacia la ciudad, y otro programa variable y temporal, que se plantea a nivel de la ciudad. La particularidad del solar elegido para el enclave del proyecto hace que a nivel de la ciudad se plantee una gran plaza cultural donde se desarrolla el programa variable y temporal planteado: conferencias al aire libre, exposiciones eventuales, mini-conciertos, proyecciones audiovisuales... el ciudadano que recorre la plaza puede elegir en que actividad cultural participar, o simplemente se convierte en espectador, pero tras atravesarla se consigue que de un modo u otro se produzca interactuación cultural. Esta plaza se conecta con el programa inferior fijo mediante grandes patios que sirven de zonas de descanso, de relación con la ciudad y de control de la entrada de luz, configurando así microclimas concretos para actividades concretas.

Por último, la componente urbana del proyecto; el programa variable o temporal se expande por la ciudad, colonizando espacios urbanos tales como parques, plazas, colegios, polideportivos, donde se pueden producir pequeños actos culturales o bien se divulgan acontecimientos que tengan lugar en el proyecto propuesto.




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